Conflicto universitario
- Arte Parte
- 17 oct
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por Andrés Alloy

El miércoles 17 de septiembre se realizó la 3era Marcha Federal Universitaria. En todo el país se marchó para lograr que los legisladores voten en contra del veto presidencial a la ley de financiamiento universitario. Y se logró.
En Capital, alrededor de las 17:30 horas, en los alrededores del Congreso, la Avenida de Mayo y la 9 de Julio, se empezó a escuchar el rumor de un grito, un grito de gol, como si hubiese convertido Di María o Messi. Pero no había convertido la selección de fútbol, era que ya los diputados estaban votando. Minutos más tarde, la confirmación: se había volteado el veto a la ley de financiamiento universitario. Gritos de desahogo, cánticos y llantos de emoción por doquier. Una victoria parcial para la educación, un triunfo para el pueblo.
El jueves 2 de octubre también los senadores dijeron que no al veto de Milei. Ya es la tercera norma que ratifican los legisladores frente a los vetos presidenciales. Los reclamos de la sociedad fueron escuchados y replicados en los votos parlamentarios. La ley de emergencia sanitaria en la salud pediátrica también fue apoyada por el Senado.

Desde que asumió la presidencia Javier Milei, el gobierno se encargó de desfinanciar la educación universitaria y la producción científica. Los salarios de los docentes universitarios están al menos un 40% abajo de lo que deberían estar cobrando. Si con el gobierno de Macri hubo atrasos en los pagos a las universidades nacionales; si con el gobierno de Alberto Fernandez se le empataba o se llegaba raspando a los aumentos inflacionarios de precios, con la actual conducción libertaria la pérdida salarial es profunda.
Pero no todo son los sueldos de los planteles docentes - que igualmente representan más de un 85% del presupuesto de universidades nacionales - sino también el desfinanciamiento intencionado pone en peligro las becas a estudiantes, científicos, obras en los edificios, mantenimiento de la infraestructura, patrimonio, entre otros aspectos.
Desde el año pasado se ha conquistado algo muy importante: grandes porciones de la sociedad que no se movilizaban o no tenían en cuenta la situación que atraviesa la educación superior en nuestro país, marcharon o tomaron consciencia del conflicto. Apoyaron la lucha por la educación y el futuro de la investigación científica. La visibilización está hecha, ahora el desafío es torcer las decisiones que toma el ejecutivo y tener en cuenta que esto no termina acá, la mayoría de la sociedad argentina que es consciente de la fortaleza histórica del sistema universitario y científico nacional tiene que seguir en la lucha.






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