Entrevista realizada por Iván Mantero
Compartimos un fragmento de una extensa charla que mantuvimos con Carolina Luzuriaga, Licenciada y Profesora en Artes Combinadas por la FFyL de la UBA. Es docente de las materias Medios Audiovisuales y Proyectos Culturales en diversos Institutos de Formación docente de la Ciudad de Buenos Aires. En la entrevista nos cuenta la experiencia en las aulas de los profesorados con el cortometraje El Penal, realizado por las y los pibes de Villa Hudson.
Carolina conoce el trabajo que realizamos desde la UNAJ en conjunto con La Red Villa Hudson porque me acompañó en varios talleres que hicimos al año siguiente de filmar El Penal, y esa experiencia también la comparte con sus estudiantes.
I – ¿Cómo surge la idea de trabajar con El Penal en las materias que dictás en los profesorados de CABA?
C – En la última parte del taller de Medios Audiovisuales de tres profesorados, yo propongo pensar las imágenes que queremos producir, vinculándolo a la escuela. Entonces desde esa pregunta profundizamos algunos niveles que venimos trabajando antes, pero que en esta etapa profundizamos un poquito más, que son los niveles narrativo, visual y sonoro. Trabajamos más en el lenguaje audiovisual, por ej., y en las producciones audiovisuales en la escuela.
Entonces en este contexto es que yo les propongo ver El Penal, y mirarlo desde varios lugares: por un lado una mirada al proceso creativo, donde yo les cuento el proceso de producción (que no está en el corto, pero yo lo conozco), en el que las infancias tienen un protagonismo en la creación, no son meras reproductoras sino que son creadoras. Entonces a mí me parece importante destacar eso: el lugar que ocupan las infancias en el proceso de producción. Luego les cuento que la idea surge de la charla y que se pone en juego en esa idea mucho del universo del juego, del universo cotidiano de la vida de las infancias. Después también charlamos un poco del escenario en el que transcurre la acción, del barrio y demás. Finalmente al verlo, la recepción es muy buena, en general les encanta El Penal. Les causa mucha risa, ternura, les da mucha curiosidad. Genera reacciones, es una producción que no pasa desapercibida. Esta idea de Abramovsky de que las imágenes no se leen como se lee un texto, sino que las imágenes desbordan lo textual y entran en otro terreno, un terreno de lo sensible, ella dice de lo sensual, de los sentidos. Y entonces el corto medio que las transporta a ese espacio, a ese universo.
I – ¿Nos contarías alguna anécdota con El Penal en el aula?
C – Sí, justamente hoy, una estudiante me dijo algo que abrió un debate que estuvo buenísimo, porque también es un debate que me atraviesa a también a mí. Me dice “yo lo estaba mirando en mi casa, en la cocina, y mi pareja dice ‘hay, que ortiva esa madre’, cuando escucha”, entonces justo estábamos hablando del conflicto dramático y yo le digo “sí, podríamos pensar que estamos hablando del conflicto entre un hijo y una madre y que ese conflicto se resuelve cuando ella patea el penal. Pero también podríamos pensar que ese conflicto entre esa madre y ese hijo manifiesta un conflicto entre dos mundos, que es el mundo de la infancia y el mundo de la adultez”. Charlábamos un poco de eso, cuando ella me cuenta: “el otro día estaba mirando ‘La Princesa y el Sapo’ y terminé con la peli a todo volumen cocinando y bailando en la cocina, metida en un mundo de juego mientras cocinaba”. “Claro, [le dije,] me parece que en el corto hay una resolución en el sentido de que se resuelve lo del penal, pero algo que queda abierto vinculado a esas dos esferas [la adultez y la infancia] que suelen estar en tensión. Muchas veces la cotidianeidad, el ser madres, etc., nos impone un montón de mandatos que todo el tiempo manifiestan este conflicto. Porque hay una necesidad de organizar la casa, la comida, esto y el otro, pero todas esas tareas del hogar se pueden encarar de una manera más lúdica involucrando también a las infancias y no que se plantee como una brecha tan grande entre el mundo de las infancias y el mundo de los adultos”. Y entonces ella me cuenta que le surgía la pregunta sobre “¿y esto cómo se transforma?” “Bueno, [continué con la charla,] si bien en la película se resuelve el conflicto, tal vez si la pensamos como una metáfora de la tensión entre el mundo de los niños y en mundo de los adultos, ahí haya un final que todavía no se escribió y que hay que escribirlo desde una mirada más lúdica o más creativa del universo cotidiano, del hogar, para que la vida cotidiana no sea tan pesada, que pueda involucrar más a les niñes, que sea también un universo lúdico y que no quede tan separado el mundo del juego y el mundo de las obligaciones”. Todo esto surgió hoy del trabajo en el aula con la película.
I – Es muy interesante la lectura que realizan del cortometraje. También en la coda, cuando están pasando los créditos se ve a les pibis cuando gritan ese “GOOOLLL” todes juntes, casi como un guiño en el mismo sentido en que ustedes lo interpretaron, como diciendo “este corto lo hicimos nosotros y manifiesta nuestra voz”.
C – Me doy cuenta que también a mí el penal, que lo vi muchas veces, cada vez que lo vuelvo a ver me surgen nuevas ideas, y cada vez que lo veo con mis estudiantes van surgiendo también nuevas ideas, y entonces por ahí hay un final del corto que tengamos que escribir en cada intercambio que surge cada vez. Y cómo también es un desafío para las y los docentes, que no esté tan separado el mundo de las infancias del mundo adulto. Porque en realidad, si bien la niñez es una etapa de la vida, la infancia puede durar toda la vida, porque es un estado. Es un estado que tiene que ver con la creación, con la curiosidad, con la imaginación y no con una edad. Entonces uno puede tener 80 años y estar en un estado de infancia si esa curiosidad, si esa imaginación, si esa dimensión lúdica, si todo eso no se pierde. Cuando nos atraviesan los mandatos, las obligaciones y todo eso se vuelve una pesadez y no le damos lugar a esas otras cosas, ese estado de infancia se va perdiendo, que es lo que pasa un poco en la vida adulta.
I – ¿Cómo les aportan estas producciones realizadas en por infancias en contextos comunitario en el barrio Villa Hudson al proceso creativo de futuros docentes? ¿Nos contarías algo de ese proceso creativo?
C – Luego de esta experiencia con El Penal comenzamos un proyecto de animación donde las dimensiones narrativas, visuales y sonoras se pusieron en juego. Leímos el libro Hola Piedra de Editorial Limonero que es la historia de una niña conversando con una piedra. Exploramos los libros del Taller Azul de Salta donde las infancias expresan su mirada del mundo. Luego visualizamos el corto Mí casa de las infancias de Hudson y otras animaciones. Luego jugar a ser un niñe que conversa con una piedra, el mar, la noche, desarrollamos un procesos creativo a través de la escritura, storyboards y la exploración de un espacio con materiales no estructurados como inspiración para crear pequeños universos y personajes para animar.
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