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CARTA PÚBLICA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA JAVIER GERARDO MILEI

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    Arte Parte
  • 3 jun
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 3 jun

Sr. presidente

Voy a hablarle de gente pequeña, esa que aborrece con la pasión del converso. Voy a hablarle de quien es como yo, y como la mayoría de cuantos le ha sido dado gobernar estos pocos años.

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Pablo Grillo tenía previsto irse hoy de la terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía, donde está internado hace ya dos meses, para comenzar una larga rehabilitación en el Hospital Manuel Rocca. No pudo ser. Debe someterse a otra intervención quirúrgica de riesgo para cegar una pérdida de líquido cefalorraquídeo.

¿Por qué Pablo Grillo está internado hace dos meses, por qué deben intervenirlo quirúrgicamente otra vez? Es una pregunta retórica, usted sabe la respuesta por su responsabilidad directa como gobernante.

El pasado 12 de marzo las fuerzas de seguridad cumpliendo órdenes de su ministra Bullrich atacaron una manifestación pacífica de ciudadanos en las inmediaciones del Palacio Legislativo. En esas circunstancias, el cabo de Gendarmería Héctor Guerrero apuntó su pistola lanza gases contra el fotoperiodista con intención de impactarlo. No lo mató de milagro, pero esa fue la intención o como mínimo lo que debió representarse que ocurriría al dispararle de ese modo y a esa distancia.

Pero Pablo Grillo no está vivo de milagro, sino porque desde que fue herido fue atendido por personal del sistema público de salud. Con rapidez para sacarlo del trauma, con profesionalismo para tratar sus heridas, con generosidad personal para superar las limitaciones materiales. La vida de Pablo, que usted permitió fuera dañada, fue salvada por la salud pública y sus profesionales, a los que usted ha abandonado a su suerte.

Cualquier gobernante debe garantizar la seguridad de sus conciudadanos. Usted y su ministra transformaron a las fuerzas policiales en un peligro público. No han logrado combatir el crimen en ninguna de sus expresiones, y son una amenaza a la paz social.

Cualquier gobernante debe velar por la salud de sus conciudadanos. Usted desfinanció la salud pública a extremos tan alarmantes como vergonzantes. Desmanteló dependencias imprescindibles, dejó a los más vulnerables sin contención ni remedios, abandonó a enfermos crónicos y terminales.

En la suerte de Pablo Grillo, en su cuerpo martirizado, se expresan su desaprensión y crueldad para con sus compatriotas. Generó las condiciones para que fuera herido de gravedad, no tomó determinación alguna para castigar a los responsables del crimen del que fue víctima, no arbitró medidas para paliar su sufrimiento y, sobre todo, calló. Usted, que habla hasta por los codos para decir barbaridades y acusar al mundo de sus penas, ha mantenido un silencio cómplice sobre el intento de homicidio de Pablo. Jamás se interesó por su suerte ni su recuperación.

Estas líneas no son para que recapacite. Ni me creo con semejante poder, ni creo que esté en sus posibilidades éticas. Solo intentan señalar los extremos de su defección de su obligación de gobernante. No gobierna usted para el bronce, ni para alimentar su narcisismo. Gobierna para el bien de los argentinos. Que los argentinos no olviden esto.


Miguel Gaya

Escritor – Abogado ARGRA


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