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A propósito del artículo La Educación en la encrucijada

  • Foto del escritor: Arte Parte
    Arte Parte
  • 29 nov
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 4 dic

por Martina Gotti, Sofía Hellich y Maiara Delgado* 



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En clase de Prácticas Culturales, comisiones 112 y 122, estuvimos leyendo y debatiendo sobre el artículo “La educación en la encrucijada” de Iván Mantero, publicado en el número de octubre de Arte y Parte, comunicación comunitaria. En esta nota compartimos algunas de esas reflexiones. El artículo en cuestión muestra que hoy la educación está dividida entre dos caminos: uno que busca formar personas críticas y solidarias, y otro que solo quiere que nos adaptemos al sistema sin cuestionar nada.

Desde los sectores dominantes (formado por quienes tienen el poder económico y cultural: las grandes empresas, los bancos, los medios y los gobiernos que responden a ellos) deciden qué se enseña, qué se muestra y qué se oculta. Nos hacen creer que si no tenemos éxito es culpa nuestra, no responsabilidad del sistema.

Un ejemplo de esto, es la frase "el pobre es pobre porque quiere", que culpa a las personas que "viven mal" por no esforzarse lo suficiente. También, otro ejemplo que podemos encontrar está en las publicidades que prometen “éxito fácil” o las que muestran a quien no triunfa como “fracasado”, ambas son parte de esa lógica.

Louis Althusser (2003), en Ideología y aparatos ideológicos del Estado, nos dice que la escuela, los medios y las redes sociales forman parte de los aparatos ideológicos del Estado (AIE), y que su función como tales es mantener, reproducir y fortalecer esas ideas: nos enseñan desde chicos qué es “normal” y qué no: qué trabajos valen más, qué cuerpos son “aceptables” o qué comportamientos son “correctos”. Pero cuando alguien se rebela, entran en juego aparatos represivos del Estado (ARE), como la policía o la justicia, que usan la fuerza o las leyes para callar las protestas. De este modo, se busca mantener ciertos consensos sociales en torno a los sentidos hegemónicos que definen el funcionamiento social.

Sin embargo, las injusticias empujan  constantemente a porciones de la sociedad al conflicto social. De ese lado están los sectores subalternos que se oponen, es decir, las personas comunes que buscan cambiar las cosas: estudiantes, docentes, movimientos feministas, trabajadores, artistas.

Usan la creatividad, la organización y el conocimiento para resistir y construir algo distinto, aunque muchas veces el poder los ignore o los castigue.

La cruda realidad muestra que vivimos en una sociedad desigual, donde muchas personas se sienten sin fuerza para cambiar nada.

Pero entender cómo funciona este sistema no es inútil: es el primer paso para transformarlo.

Como dice Mantero, “todo lo que fue creado por las personas puede ser cambiado por las personas”.

Por eso, la educación no debería ser solo para adaptarse, sino para pensar, cuestionar y construir un futuro más justo.


*estudiantes de la materia Prácticas Culturales de la UNAJ





Bibliografía:

Althusser, Louis (2003). Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Buenos Aires. Nuera Visión.

Itchart, Laura [et al.]. Prácticas Culturales 2018. Florencio Varela, Buenos Aires, Argentina. Editorial UNAJ.


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