por Iván Mantero
Conversamos con Ariel Albornoz de la Secretaría de Política y Territorio de la UNAJ que acompañó el primer encuentro del taller y nos cuenta la experiencia.
En la Red Villa Hudson hablamos siempre de construir espacios saludables para el barrio, ampliar las propuestas y actividades para que nuestros pibes y pibas aprendan cosas nuevas, se expresen, jueguen y se diviertan en experiencias enriquecedoras, como antídoto a un contexto tan hostil y complejo.
Una de las preocupaciones es la sustentabilidad y sostenibilidad de las actividades. Ha pasado muchas veces que los proyectos se empiezan y por diversos motivos se truncan. Como veremos en la agenda de actividades de las organizaciones de La Red que se publicará en el próximo número de la revista, el esfuerzo es muy grande, y hay muchas actividades que se garantizan a puro corazón.
Siguiendo con esta mirada, desde la Revista Arte y Parte nos acercamos a la Secretaría de Política y Territorio de la universidad para proponerles pensar nuevas acciones conjuntas con el barrio. El desafío era pensar propuestas sustentables y duraderas.
Encontramos una buena recepción y nos pusimos a trabajar (aún lo seguimos haciendo). Una de estas propuestas es el taller de Rap con el profe Maximiliano Ruggiero, que se dicta los jueves de 18 a 20hs, en el Centro Comunitario Rincón de Esperanza que se encuentra frente a Plaza Kevin, en calle Rincón 146, en Villa Hudson.
Luego del primer encuentro del taller el 15/6, (al que pueden seguir sumándose pibas y pibes cada semana), charlé con Ariel de la UNAJ para que me cuente un poco de la experiencia.
- ¿Cómo fue el arranque del taller de Rap en Rincón de Esperanza?
Hola Iván, ¿cómo andás? Bueno, la verdad que estuvo muy lindo. Fueron varios chicos y chicas con una edad de entre 11 y 13 años, lo que fue algo lindo y novedoso, porque veníamos trabajando mayormente con adolescentes o adultos, así que adecuamos un poquito la propuesta en ese sentido. Y la verdad que vinieron entusiasmados, con muchas ganas. Algunos tenían hermanos que ya estaban rapeando y que tenían como un recorrido en eso. Así que bueno, fue empezar laburar desde lo que las y los pibes traían y presentarnos. La verdad que nos recibieron muy bien. Estuvimos una horita, más o menos, y fue un taller bastante participativo. El profesor llevó unos libros y se empezaron a generar las primeras rimas y la idea es seguir trabajando en eso.
- ¿Cómo surgió la posibilidad de traer el taller al barrio?
Bueno, ahí confluyeron varios factores, como siempre pasa. El primero fue que hay un trabajo sostenido de un proyecto de vinculación que viene hace varios años con la Red de Villa Hudson y después la voluntad, más política, de la Secretaría de empezar a trabajar con propuestas culturales directamente en los barrios. Así es que articulamos el conocimiento tuyo de la de la zona y del barrio con lo que se podía hacer y con una demanda real del barrio de poder encontrar espacios recreativos para niños, niñas, adolescentes y demás. Así que en esas posibilidades de confluencia entre la universidad, el territorio y las voluntades políticas armamos este taller.
- ¿Se están pensando otros talleres más para el barrio?
Sí, estamos ahí tratando de coordinar el de teatro y después seguir con una segunda tanda para agosto [que se desarrollarán en distintas organizaciones pertenecientes a la Red Villa Hudson]. Pero bueno, estamos ahí laburándolo y pensando los horarios y demás, adecuando la propuesta de los profesores, etc.
- Desde la perspectiva de la Secretaría de Política y Territorio de la UNAJ, ¿cuál es la importancia que ven en el trabajo conjunto entre la universidad y el barrio?
Bueno, nosotros consideramos fundamental potenciar el trabajo que vienen realizando las organizaciones y las instituciones que trabajan en los barrios, sabiéndolo complejo y difícil. Y aportar desde lo que se pueda. En la universidad hay muchas limitaciones, obviamente, pero nos parece que una estrategia en conjunto es la mejor herramienta para poder abordar los problemas que son tan complejos y tan difíciles de resolver. Así que lo pensamos en este sentido: pensamos una articulación, un desarrollo conjunto de propuestas, pero principalmente pensamos mejorar la calidad de vida de las personas, así que si encontramos en las organizaciones una recepción para trabajar, la idea es aportar con lo que se pueda (este caso con una propuesta cultural) a las dinámicas y favorecer el ejercicio de los derechos de las personas.
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